miércoles, 26 de octubre de 2011

INFORME TÉCNICO SOBRE ECONOMÍA ESPAÑOLA

Evolución reciente de la economía española. 2011
Observando el último análisis realizado por el Banco de España sobre la situación económica del país, vemos que el ritmo de avance y en qué momento nos encontramos de acuerdo a los datos ofrecidos y respecto a otras economías son, en términos generales, negativos y poco esperanzadores.
El ritmo de avance del PIB en el segundo trimestre de 2011 ha sido moderado según el Banco de España revelando, entre otros datos, una desaceleración en la demanda nacional junto con la caída del consumo y  la destrucción de empleo, además de un descenso de las importaciones mucho más pronunciado que el de las exportaciones.
Los datos se centran en lo que conforma la economía española. Desde las matriculaciones de vehículos, la construcción y el empleo hasta el turismo, los servicios, y la actividad industrial. España es un país de servicios y siempre se ha dicho que exporta sol y ladrillo. Durante años, este país ha vivido del resto de europeos que venían a nuestras playas y de la especulación en la construcción que ha ido aumentando a un ritmo vertiginoso hasta que en 2007 la burbuja inmobiliaria decide no seguir jugando y explota.
Desde entonces y todavía hasta ahora, sin saber cuánto nos queda para que se acabe la llamada “Gran recesión”, España se encuentra a la cola de los países que peor están llevando la crisis mundial. Dentro de la Eurozona y detrás de países en situaciones límite como Grecia o Portugal, España forma parte de ese conglomerado de Estados que necesitan ayuda de los que han sabido hacer más o menos bien los deberes y que no se han centrado en desarrollar políticas económicas a expensas de las próximas elecciones nacionales, adelantadas en España para el 20 de Noviembre.
El informe del Banco de España ofrece un testimonio objetivo de lo que realmente está sucediendo en el país y esclarece el sentido político y social que viene en paralelo. El aumento del paro, el subempleo y la irresponsabilidad del sistema político español incapaz de poner sobre la mesa propuestas claras y de ejercer un papel relevante en la eurozona, provocan un ambiente generalizado de frustración y desconfianza, dejando atrás las ideas de bienestar social sobre la renta y la riqueza.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) presentó un trabajo junto con la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en el que anunciaba que el paro en menores de 24 años doblaba el porcentaje general, es decir 80 millones de jóvenes no tiene puestos de trabajo y 150 millones trabajan, pero dentro de una pobreza extrema. Son datos mundiales, pero que a pequeña escala también resultan alarmantes. En España, el número de parados aumentó en julio y agosto hasta el 4,1% y por tanto la afiliación a la Seguridad Social disminuyó a una tasa interanual del 1,2%. Con ello, el déficit que registró el Estado español previene que el PIB anual sea del 2,8% para el año 2011, en comparación con el 3,3% del PIB registrado en el mismo período de 2010. Ello significa menos riqueza para nuestro país, donde la desaceleración de los precios continúa y el ritmo de crecimiento también.
Otro dato revelador que muestra que nuestra economía es insostenible es la vivienda. El consumo de cemento mostró un descenso del 20% y la superficie de obra nueva en viviendas y de edificación no residencial también sufre retrocesos. Ello significa que el número de compraventa de vivienda continúa hundiéndose, y según datos del Instituto Nacional de Estadística, durante el mes de agosto se cerraron 27.038 transacciones (la segunda cifra más baja de la serie histórica que comenzó en 2007), un 38% menos que en el mismo periodo de 2010. La depresión inmobiliaria está en sus peores datos, y esto induce a pensar que España no puede seguir dependiendo de la construcción lo que obliga a buscar alternativas que sostengan la economía del país. Los servicios es otro de los casos en los que ha seguido una evolución desfavorable y el turismo aunque registra datos de continuo crecimiento, son ofrecidos durante los meses de verano, julio y agosto.
España forma parte de la Eurozona,  que en estos momentos, y bajo presión del Fondo Monetario Internacional, está viendo como recapitalizar por segunda vez  la crisis de la deuda de la banca europea con un desembolso de entre 300.000 y 400.000 millones; además de intentar que no suceda lo mismo que en EE.UU con la quiebra de Lehman Brothers y no dejar caer a Dexia. Ello provocaría un pánico generalizado y generaría más desconfianza en el sector bancario, pudiendo suceder por ejemplo  en este caso, que Bélgica viera rebajada la calificación de su deuda por la Agencia Moody´s. Por otro lado, hay que ver cuánto poder se le va a dar al Fondo Europeo de Estabilidad y si solo ayudará a los bancos que no puedan recapitalizarse por sí mismos ni con ayuda del Estado donde tienen su sede. Y finalmente, el rescate de Grecia. Los datos del Banco de España confirman que el PIB en la zona euro aumentó solo un 0,2%, el notable retroceso del consumo privado y público y un incremento más elevado de las exportaciones que de las importaciones. El empleo, a diferencia del caso español, mostró una incremento del 0,3% y la tasa de paro permaneció en el 10%. Sin embargo, estos datos son minúsculos comparado con otros países como China, donde el PIB creció un 5,8%, aunque está moderándose;  o en el resto de países emergentes, como Brasil y Argentina aunque creciendo a un ritmo menor.  
La inestabilidad de los mercados, el aumento de la incertidumbre, la caída de la confianza y el endurecimiento de las condiciones de financiación son algunos de los problemas clave a los que hace referencia el Banco de España y a los que tenemos que hacer frente. A nivel social se ha hablado también de una población envejecida en la Unión Europea. Todo ello refleja que sobre todo, se necesita generar confianza no solo para salvaguardar la inestabilidad financiera sino también para que no haya una deslegitimación política y un nivel de vida cada vez peor. La prioridad en el próximo G-20 y en las reuniones del Eurogrupo y Ecofin es buscar acciones conjuntas que provoquen una remodelación del sistema económico, bancario y financiero haciendo uso de los Organismos Multilaterales como el Banco Mundial y el FMI y buscar la cooperación directa con los países emergentes dentro del orden mundial.

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